Aumenta el riesgo de recesión en Alemania tras una sorpresiva contracción en último trimestre
La economía alemana tuvo una contracción del 0,2% a fines del 2022, donde el sector manufacturero se ha visto afectado con una caída en los pedidos.
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La economía alemana se contrajo un 0,2% en el cuarto trimestre de 2022 frente al tercer trimestre, un resultado peor de lo previsto y que hace más probable una recesión por el aumento de la factura energética.
Las cifras publicadas el lunes por la oficina de estadística contrastan con la estimación realizada este mes de que la producción se estancó en el cuarto trimestre. También significan que una contracción en el periodo hasta marzo aún produciría una recesión en la mayor economía de la zona euro.
En las últimas semanas, varios indicadores han apuntado a un aumento de la confianza en Alemania tras un invierno suave y unos depósitos de gas natural bien llenos, que prácticamente han eliminado el riesgo de escasez durante el periodo de calefacción. Los precios al por mayor de la materia prima han caído desde máximos históricos, alimentando la esperanza de que la inflación se enfríe antes de lo que se pensaba.
La demanda se ve lastrada por la subida de los precios, que sigue repercutiendo en los consumidores. Esta tendencia también se observó en Suecia, cuya economía se contrajo inesperadamente en el cuarto trimestre, según datos separados publicados el lunes.
En otros países hubo buenas noticias. Bélgica logró un crecimiento del 0,1%, mientras que la confianza económica de la zona euro aumentó por tercer mes consecutivo en enero, alcanzando su nivel más alto desde junio.
Sin embargo, el sector manufacturero alemán, pese a contar con un gran volumen de pedidos pendientes y a la reducción de los cuellos de botella en la oferta, está experimentando una caída de los pedidos.
El Gobierno de Berlín pronosticó la semana pasada un crecimiento del 0,2% para 2023, frente a la anterior previsión de una contracción del 0,4%. El ministro de Economía, Robert Habeck, sigue advirtiendo de una posible recesión, y de que la crisis desatada por Rusia con su invasión de Ucrania no ha terminado.
Las perspectivas siguen siendo inciertas. La inflación podría mostrarse obstinada en medio de las crecientes demandas de subida salarial. Los trabajadores de correos se han declarado en huelga para exigir una subida salarial del 15%, y los empleados del sector público también buscan un aumento de dos dígitos.
El Banco Central Europeo está decidido a hacer frente al aumento de los precios con una política monetaria restrictiva. Se dispone a subir los tipos de interés otros 50 puntos básicos esta semana, sumándose a lo que ya es la campaña de endurecimiento más agresiva de su historia. El impacto total de estas medidas aún no se ha dejado sentir.